miércoles, 16 de julio de 2008
Esto lo escribí a las 1:53 p. m. | Ya pues, comente acá
Desde el Blackout y sinergia, hasta el hombre Iceberg
El escenario era el siguiente: Un día 2 de Julio, de un año que no se especificó, los habitantes del planeta se dan cuenta que no están solos en el universo. Unas gigantescas naves se posicionan sobre muchas de las más importantes ciudades del mundo. Al principio, se intentó hacer contacto con ellos, esperanzados en conocer a dicha cultura extraterrestre, con algún fin no establecido. Lamentablemente para nosotros, estos seres no querían otra cosa sino que destruirnos y consumir los recursos del planeta, para luego marcharse.
La cosa se puso gris, cuando los grandes líderes mundiales (Encabezados por el presidente de los Estados Unidos) se dieron cuenta que las armas que ellos tenían, no eran capaces de hacer daño alguno a las naves que asolaban el planeta, menos aún a la nave nodriza, que se encontraba en el espacio exterior. Utilizaron desde armas convencionales, hasta bombas nucleares, pero nada funcionó. El pesimismo rondaba, al momento en que no se encontraba alguna manera de contrarrestar el ataque. Parecía ciertamente el fin de la humanidad (De hecho, el general de los EE.UU. señaló que, siendo 3 de Julio al anochecer, habría una destrucción mundial en las siguiente 36 horas).
El 4 de Julio las cosas no cambiaron, todo se veía negro par la humanidad, y en especial para David Levinson (Jeff Goldblum, buen actor), un técnico de cable que encontró la señal que indicaba el ataque extraterrestre, y que informó al presidente de EE.UU. para evacuar la Casa Blanca, que no encontraba la forma para salvar al mundo y se sentía frustrado, con miedo y resignado, al punto que llego a emborracharse y mostrarse a si mismo de la forma más patética que se puede esperar.
La trama de “Independence Day”, a pesar de que es un bodrio de película, es útil a la hora de entender dos conceptos tan arraigados al ser humano como lo son el “Blackout” y la “Sinergia”. Dos términos que, a lo largo de este ensayo, iré desmenuzando un poco, al punto de crear un tercer concepto que trataré más adelante, y que bautizaré como el “Hombre Iceberg”.
Sinergia, como concepto, es cuando dos o más elementos generan algo mucho mayor que simplemente la suma de sus partes. Es algo que, a partir de los metarrelatos y el paradigma moderno, ha tomado importante relevancia para comprender la idea de progreso que existe en dichos metarrelatos. Esto lo explicaré a continuación, en función de ciertos aspectos, que considero relacionados con este concepto
Hablar de sinergia, según mi perspectiva, es hablar de progreso. No se puede explicar de otra forma el que dos cosas sean más que sólo la suma de ellas, debe haber un progreso, en conjunto, que permita lograr ese estado.
Primero, para que dos o más elementos sean más que la suma de sus partes, tienen que tener una meta conjunta, una idea universal que les permita avanzar hacia el mismo lado, en base a símbolos que están establecidos y que les permita mantener esa comunicación. Ejemplo de esto tenemos muchos, un de ellos es el reloj. El horario, minutero y segundero, por si solos, no son capaces de decirnos la hora exacta. Sin embargo, la relación que establecen los tres, es lo que nos permite descifrar el “código horario”, que es el que nos dice qué hora es.
El lenguaje es otro buen ejemplo, mucho más potente de sinergia. Las letras por si mismas no nos permiten comunicarnos, ya que separadas, pierden su sentido. Por otro lado, relacionándolas, damos forma a las palabras, que son las que nos permiten comunicarnos. Es importante esto, debido a que las mismas letras, son las que definen diferentes idiomas, como el castellano por ejemplo, que es el que uso para escribir este ensayo, lo que dice que en este momento estoy haciendo sinergia.
Por otro lado, la sinergia tiene relación con el orden, un orden racional que permite generar este concepto. Tomando el mismo ejemplo del reloj, si no estructuramos un orden entre el horario, minutero y segundero, cada uno con su función y descripción establecida, es imposible definir qué hora es, por lo que no es posible generar un estado de sinergia. Lo mismo para el caso del lenguaje, se necesita un orden para que “mamá” se escriba de esa forma y tenga el significado correspondiente. Porque de no ser así, escribiendo “amma”, podría tener la misma definición de “mamá”, lo que genera confusión.
Según mi punto de vista, el estado sinérgico le permite a la sociedad lograr una estabilidad, en función de metas comunes, de una idea de progreso en conjunto, en base a un orden establecido a un nivel racional (Instituciones, el estado-nación y el capitalismo), lo que brinda una sensación de seguridad, y que permite, a la larga, la construcción de una realidad social, que es el símbolo de las personas que conforman dicha sociedad. Es por eso que creo que el concepto de sinergia está acoplado en base al paradigma moderno.
El Blackout, por otra parte, es lo que definiré como la crisis sinérgica, debido a la pérdida de los factores que nombré un poco más arriba. Para explicarlo bien, es bueno dar ejemplos simples.
El club de fútbol más importante del mundo, el Real Madrid, durante una época, entre el 2003 y el 2005 más o menos, juntó a los mejores jugadores del mundo. Zidane, Ronaldo, Casillas, Cassano, Beckham, sólo por nombrar algunos. La prensa mundial los catalogó como los “galácticos” y los daban como ganadores de todo lo que jugara. Bueno, cuento corto, durante esos años, los galácticos no ganaron nada, jugaron pésimo y fueron uno de los peores equipos que se vio durante ese tiempo. El equipo vivió una “crisis futbolera” qué sólo superaron hace poco, cuando vendieron a la mayoría de los “galácticos”.
Ahora, ¿por qué el Madrid no logró jugar bien ni ganar algún campeonato? La respuesta: Porque no tuvieron una actitud sinérgica, se fueron a negro, estuvieron insertos en un blackout.
Un equipo de fútbol puede no tener a los mejores jugadores, pero si tienen un orden táctico, una meta conjunta y una idea de juego como símbolo, que todos en el plantel entienden, es mucho más probable que le ganen a un equipo plagado de estrellas como el Madrid de esa época, debido a que logran ser más que once jugadores limitados técnicamente, se transforman en un equipo de fútbol difícil de vencer.
Si la sinergia esta arraigada al paradigma moderno, el blackout es la respuesta que trajo la post-modernidad. Y es importante esto, porque es el blackout el que define a la sinergia como tal.
Lo primero que aparece con el blackout es la pérdida de los símbolos, que son los que dan un orden a las cosas. La pérdida de estos origina confusión, pues se provoca un desorden, que no es otra cosa más que un orden que no es entendible racionalmente. No hay una universalidad en torno a una idea, pues hay una ausencia de ideas. Por consiguiente, todo se vuelve relativo y diverso, generando un estado caótico, lo que destruye realidades establecidas con anterioridad.
Tomemos el ejemplo del Madrid. A pesar de que están los mejores jugadores del mundo en el equipo, no hay un sistema táctico que permita sacarles provecho a todos, no hay un orden que permita establecer colectividad en los jugadores. Hay una pérdida del símbolo del fútbol, que es el juego en equipo. Por lo tanto, no hay progreso, no hay buenos partidos, no hay victorias. Y la realidad que se había construido de “Equipo invencible”, se destruye en el proceso.
Sin embargo, hay un punto donde el blackout logra llegar al hombre, y es el motivo por el cual la afirmación de Rodrigo Muñoz, “El blackout ilumina más que cualquier sinergia” empieza a tomar sentido. Ese punto, es que el blackout, en su máxima expresión, nos da una extrema libertad. Sin símbolos, ideas, orden ni realidades establecidas, el ser humano alcanza un estado de libertad plena, en función de la diversidad que ofrece el blackout. Es claro, en ese momento en que nos vamos a negro, flotamos en ese espacio oscuro, libre de cualquier cosa que nos defina.
Claro que para el hombre, la sensación de libertad, más que una sensación positiva, lo llena de miedo. Miedo a no saber qué hacer y en función de que hacerlo. El ser humano se siente seguro con limitaciones, con un orden, con algo o alguien que los defina, y estos algo o alguien son los símbolos, a partir de ellos se genera el resto, hasta llegar a la construcción de realidades.
Por ejemplo, teóricamente, una persona que no tiene nacionalidad, es más libre que los que si tienen, pero pierde un símbolo que le da indentidad. Es como en la película “Balto”, donde Balto era mitad perro, mitad lobo, pero no era ni uno ni lo otro, y eso lo hacía sentir mal. El blackout es pérdida de identidad, de la establecida.
Lo otro que es muy importante, es que a partir del blackout, se da un nuevo reordenamiento de las cosas, se crean nuevos símbolos, que nos definen nuevamente y nos dan una identidad, y se va reconstruyendo la realidad, para empezar a generar un carácter sinérgico una vez más. El blackout es nuestro punto cero, donde se hace, “computacionalmente hablando”, un formateo de nosotros, y es dentro de él, donde encontramos, en algún momento, un nuevo camino para trazar, y permitirnos salir de él. Y nosotros, como seres humanos que somos, nos permitimos pasar de un estado a otro cada cierto tiempo, definiendo, una vez más, nuestro carácter dual.
Ahora, estos conceptos de blackout y sinergia se pueden asociar con otras ideas que van dando forma al concepto de post-modernismo (Considerando que éste es parte de la modernidad, asumo que la sinergia es un concepto vigente dentro de la post-modernidad), como la “modernidad líquida” de Bauman y el “movimiento brownoideo” que desarrollo líricamente Julio Cortázar.
Primero me referiré al concepto acuñado por Bauman, el que hace relación a conceptos como la fluidez, lo sólido y lo líquido.
Bauman habla de la fluidez, como aquello que es la cualidad de los líquidos y los gases. Y hace una analogía de esta fluidez, con la visión que él tiene de modernidad, en función de que la sociedad moderna es líquida. Lo señala a partir de que “Los fluidos se desplazan con facilidad. “Fluyen”, “se derraman”, “se desbordan”, “salpican”, “se vierten”, “se filtran”, “gotean”, “inundan”, “rocían”,“chorrean”, “manan”, “exudan”; a diferencia de los sólidos, no es posible detenerlos fácilmente –sortean algunos obstáculos, disuelven otros o se filtran a través de ellos, empapándolos”. Entonces, se define a lo líquido como la sociedad moderna, y personalmente, el saber narrativo de ella. Al no tener forma definida, también se le relaciona con la relatividad y la diversidad de la sociedad.
Y a lo que empapan es a los sólidos, que es lo que se mantiene en el tiempo inalterable, con consistencia, una forma definida, y que “sólo tienen sentido en la medida en que se enlacen sus átomos”. Lo que podríamos determinar como sólido, dentro de la modernidad líquida, son las instituciones, los metarrelatos de la modernidad, el paradigma moderno, al hombre moderno (No confundir con sociedad moderna que es un plural), y personalmente, al saber científico y la universalidad de la visión de mundo.
Según afirma Bauman, lo líquido que fluye y empapa a lo sólido, hace que éste último se vea afectado por esta acción, modificándose y degradándose, para dar paso a un nuevo sólido, que se supone, es mejor que el anterior. A este hecho le podríamos llamar blackout. Ahora, este líquido que fluye, se supone, no debe terminar por degradar al sólido por completo, así lo señala Bauman, “recordemos, sin embargo, que todo esto no debía llevarse a cabo para acabar con los sólidos definitivamente ni para liberar al nuevo mundo de ellos para siempre, sino para hacer espacio a nuevos y mejores sólidos; para reemplazar el conjunto heredado de sólidos defectuosos y deficientes por otro, mejor o incluso perfecto, y por eso mismo inalterable”. Si lo comparamos con el blackout, se supone que el hombre (sólido) debe irse a negro (degradarse) a través del blackout (fluido), para hacerse un mejor hombre (mejor sólido), con un nuevo sentido de identidad, en función de cosas que ya he descrito, como símbolos, nuevo orden, etc.
A raíz de lo que acabo de describir, puedo llegar a una primera conclusión: La modernidad fue, y es, nuestra sinergia. Y la post-modernidad es nuestro blackout. Extraño parece que podamos estar en estas dos condiciones al mismo tiempo, pero, tal como lo admite Bauman, creo que es parte de una contradicción natural del ser humano, que busca la libertad pero le teme al mismo tiempo. Por otro lado, al ser la post-modernidad parte de la modernidad, y ser una actitud más que una teoría, se podría decir que el blackout post-moderno es una respuesta espontánea a la sinergia de la modernidad que se vive en el día hoy, y que se genera un conflicto entre ambas en este mismo momento, estando nosotros en el medio. Otra conclusión que puedo sacar es que el estado sólido de la modernidad es sinérgico también, en contraposición del estado líquido, en donde el blackout está inserto. Todo está relacionado de una forma bastante singular.
Suena un poco aterrador, pero creo que Brunner lo explica bien, “Su raíz última, me adelanto a decir, viene de esa confusa claridad de que estamos entre dos mundos, por tanto, suspendidos sobre el vacío…”.
Cuando David Levinson (Jeff Goldblum) ya se daba por perdido, su padre, Julius (Judd Hirsch) le dijo que se levantara del suelo, porque podía agarrar un resfrío. David comprendió, en ese momento, que la única forma de poder derrotar a los alienígenas era implantar un virus computacional en la nave nodriza, para desactivar los escudos que protegían las naves, y así poder destruirlas. Esto sucedió el 4 de Julio.
El problema era que, habiendo una nave que poder pilotear para poder llegar hasta el espacio (Es un cuento aparte que no tiene sentido explicar, por lo demás, seguro que vieron la película), no había ningún piloto capacitado para volarla. Afortunadamente, justo hace un par de horas antes, el Capitán Steven Hiller (Will Smith), había llegado a “Área 51”, que es donde estaban todos, y el había visto como maniobraban las naves, por lo que se ofreció para conducir dicha nave hacia su destino en el espacio, junto con David. Mientras tanto, el presidente de los EE.UU. Thomas Withmore (Hill Pullman), organizará una avanzada militar masiva, con escuadrones de aviación de todo el mundo, en un ataque conjunto.
Me voy a detener en esta parte, para explicar un poco lo que acabo de relatar en torno a la película, que tiene relación con el “Movimiento Brownoideo”. Si nos ponemos a pensar, en torno al largometraje, nos encontramos con tres elementos: El técnico de cable, el Capitán y el presidente. Cada uno con caminos separados que en un momento se unen. Todo el camino que anteriormente recorrieron, hasta el punto donde los tres se unen, lo podríamos definir como movimiento brownoideo. Y se reúnen con un objetivo común, pero involuntario, que es el de derrotar a los alienígenas. Es en ese momento, según mi punto de vista, que el desorden anterior que puede ser los distintos caminos en los que andaba cada uno (vuelo de moscas), se transforma en orden, y crea una figura, que en este caso, la podría llamar “destrucción de extraterrestres”. Y esto es parte de lo que señalé más arriba, que es que el desorden es un orden que no se comprende, hasta que se comprende, y se vuelve a transformar en orden.
El movimiento brownoideo es importante a la hora de hacer sinergia, pues es parte de la misma, que se va dando a través de lo que, según señala Alejandra Phillippi, son las “conexiones hipernvínculo”, esas conexiones que van dando forma a la figura que va adoptando finalmente el vuelo de las moscas. Son los puntos donde yo voy asociando una cosa con la otra, como pegando saltos entre los vínculos que hay en las páginas de Internet (De ahí el mote “hipervínculo” seguramente).
En la película, David era el ex-marido de la secretaria del presidente de los Estados Unidos, y el Steven fue a buscar a su novia al mismo lugar donde se encontraba malherida la primera dama. Esos pueden ser ejemplos de este tipo de concepto. Dentro de la misma cinta, es fácil entender que si Steven Hiller está solamente, o si David está solamente, o si el presidente está solamente no se puede llevar a cabo el plan. Es necesario que estén los tres, en el momento indicado, para hacer sinergia.
Por otro lado, el blackout puede llegar a ser un tipo de movimiento brownoideo también, pero que aún está en proceso de entender la forma que está tomando esta nueva figura. Cuando se descubre y se entiende dicha figura, se sale del blackout para entrar nuevamente en un estado sinérgico. La sociedad actual, según dice Bauman, está en un proceso dual, donde reconoce a medias, la figura que el mundo presenta en la actualidad. Es parte del conflicto “Sinergia vs. Blackout” que vivimos hasta el día de hoy.
Toda esta anterior mezcla de conceptos, unos más elaborados que otros, me llevaron a la creación de un nuevo término, que es el del “hombre iceberg”. Para graficar lo anteriormente dicho, sería bueno imaginarnos a todos como muchos bloques de hielo en medio del vasto océano que fluye entre nosotros.
Los seres humanos, somos de agua en sus tres estados: sólido, líquido y gaseoso; y pasamos por esos estados continuamente, tal como el “líquido que nos da la vida” lo hace en su “ciclo hidrográfico”. El hombre también tiene, a mi juicio, un ciclo hidrográfico, siendo la base el componente sólido del agua, y ya que el iceberg es el que flota en el océano, es una buena analogía con el hombre que está flotando en este flujo llamado modernidad.
El iceberg (tal como los seres humanos), viaja a la deriva por el mar, sin un rumbo fijo, y muestra a la luz sólo una pequeña parte de lo que realmente conforma. La temperatura de aguas más calidas puede hacer que el iceberg desaparezca, se vuelva líquido o se evapore, perdiendo su forma, estructura y su definición como tal. En este proceso podemos situar el blackout.
Sin embargo, con las temperaturas frías, se vuelve a solidificar, y se transforma de nuevo en un iceberg, que ya no es igual al que era antes. Si este pedazo de hielo, en su deriva, se junta con otros pedazos de hielos, a través de vínculos como la temperatura, ya no forma simplemente un gran trozo de hielo, sino que puede crear un continente, como lo es la Antártica, donde se puede vivir y realizar investigaciones, por nombrar un par de cosas.
Y así como existe mi idea de “hombre iceberg”, también esta la de la “sociedad iceberg”, que fluye a través del océano de la modernidad, que cambia, en función de su ciclo hidrográfico, que toma nuevas formas, pero que nunca deja de ser agua, solo que está en distintos estados y adopta distintas formas con el pasar del tiempo y de sus ciclos.
Para ir cerrando mi ensayo, quisiera exponer que nuestra condición post-moderna se encuentra entre la solidez y la liquidez, entre lo sinérgico y lo “blackoutniano”, entre el saber científico y el narrativo. Y lo bueno de esto es que, a pesar de no descifrar aun la figura que se está formando con nuestro vuelo de moscas que hacemos en la actualidad, la diversidad de caminos es tal, que, tal como dice Rodrigo Muñoz, este blackout no está iluminando mucho más que cualquier sinergia.
Y por si no sabían, al final, implantan el virus en la nave nodriza, la destruyen con una bomba atómica, y el ataque conjunto da resultado, por lo que la humanidad, una vez, más, se salva del exterminio y son felices comiendo perdices. Es un final bastante predecible, pero en fin, tan solo es ficción.
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Fuentes Consultadas:
.- BRUNNER, José Joaquín, Globalización cultural y posmodernidad,
.- BAUMAN, Zygmund, Modernidad Líquida.
.- POST-MODERNIDAD, Material de clase Modernidad y Tendencias del
Pensamiento.
.- http://es.wikipedia.org/wiki/Dia_de_la_Independencia, Película “El Día de la Independencia”
El escenario era el siguiente: Un día 2 de Julio, de un año que no se especificó, los habitantes del planeta se dan cuenta que no están solos en el universo. Unas gigantescas naves se posicionan sobre muchas de las más importantes ciudades del mundo. Al principio, se intentó hacer contacto con ellos, esperanzados en conocer a dicha cultura extraterrestre, con algún fin no establecido. Lamentablemente para nosotros, estos seres no querían otra cosa sino que destruirnos y consumir los recursos del planeta, para luego marcharse.
La cosa se puso gris, cuando los grandes líderes mundiales (Encabezados por el presidente de los Estados Unidos) se dieron cuenta que las armas que ellos tenían, no eran capaces de hacer daño alguno a las naves que asolaban el planeta, menos aún a la nave nodriza, que se encontraba en el espacio exterior. Utilizaron desde armas convencionales, hasta bombas nucleares, pero nada funcionó. El pesimismo rondaba, al momento en que no se encontraba alguna manera de contrarrestar el ataque. Parecía ciertamente el fin de la humanidad (De hecho, el general de los EE.UU. señaló que, siendo 3 de Julio al anochecer, habría una destrucción mundial en las siguiente 36 horas).
El 4 de Julio las cosas no cambiaron, todo se veía negro par la humanidad, y en especial para David Levinson (Jeff Goldblum, buen actor), un técnico de cable que encontró la señal que indicaba el ataque extraterrestre, y que informó al presidente de EE.UU. para evacuar la Casa Blanca, que no encontraba la forma para salvar al mundo y se sentía frustrado, con miedo y resignado, al punto que llego a emborracharse y mostrarse a si mismo de la forma más patética que se puede esperar.
La trama de “Independence Day”, a pesar de que es un bodrio de película, es útil a la hora de entender dos conceptos tan arraigados al ser humano como lo son el “Blackout” y la “Sinergia”. Dos términos que, a lo largo de este ensayo, iré desmenuzando un poco, al punto de crear un tercer concepto que trataré más adelante, y que bautizaré como el “Hombre Iceberg”.
Sinergia, como concepto, es cuando dos o más elementos generan algo mucho mayor que simplemente la suma de sus partes. Es algo que, a partir de los metarrelatos y el paradigma moderno, ha tomado importante relevancia para comprender la idea de progreso que existe en dichos metarrelatos. Esto lo explicaré a continuación, en función de ciertos aspectos, que considero relacionados con este concepto
Hablar de sinergia, según mi perspectiva, es hablar de progreso. No se puede explicar de otra forma el que dos cosas sean más que sólo la suma de ellas, debe haber un progreso, en conjunto, que permita lograr ese estado.
Primero, para que dos o más elementos sean más que la suma de sus partes, tienen que tener una meta conjunta, una idea universal que les permita avanzar hacia el mismo lado, en base a símbolos que están establecidos y que les permita mantener esa comunicación. Ejemplo de esto tenemos muchos, un de ellos es el reloj. El horario, minutero y segundero, por si solos, no son capaces de decirnos la hora exacta. Sin embargo, la relación que establecen los tres, es lo que nos permite descifrar el “código horario”, que es el que nos dice qué hora es.
El lenguaje es otro buen ejemplo, mucho más potente de sinergia. Las letras por si mismas no nos permiten comunicarnos, ya que separadas, pierden su sentido. Por otro lado, relacionándolas, damos forma a las palabras, que son las que nos permiten comunicarnos. Es importante esto, debido a que las mismas letras, son las que definen diferentes idiomas, como el castellano por ejemplo, que es el que uso para escribir este ensayo, lo que dice que en este momento estoy haciendo sinergia.
Por otro lado, la sinergia tiene relación con el orden, un orden racional que permite generar este concepto. Tomando el mismo ejemplo del reloj, si no estructuramos un orden entre el horario, minutero y segundero, cada uno con su función y descripción establecida, es imposible definir qué hora es, por lo que no es posible generar un estado de sinergia. Lo mismo para el caso del lenguaje, se necesita un orden para que “mamá” se escriba de esa forma y tenga el significado correspondiente. Porque de no ser así, escribiendo “amma”, podría tener la misma definición de “mamá”, lo que genera confusión.
Según mi punto de vista, el estado sinérgico le permite a la sociedad lograr una estabilidad, en función de metas comunes, de una idea de progreso en conjunto, en base a un orden establecido a un nivel racional (Instituciones, el estado-nación y el capitalismo), lo que brinda una sensación de seguridad, y que permite, a la larga, la construcción de una realidad social, que es el símbolo de las personas que conforman dicha sociedad. Es por eso que creo que el concepto de sinergia está acoplado en base al paradigma moderno.
El Blackout, por otra parte, es lo que definiré como la crisis sinérgica, debido a la pérdida de los factores que nombré un poco más arriba. Para explicarlo bien, es bueno dar ejemplos simples.
El club de fútbol más importante del mundo, el Real Madrid, durante una época, entre el 2003 y el 2005 más o menos, juntó a los mejores jugadores del mundo. Zidane, Ronaldo, Casillas, Cassano, Beckham, sólo por nombrar algunos. La prensa mundial los catalogó como los “galácticos” y los daban como ganadores de todo lo que jugara. Bueno, cuento corto, durante esos años, los galácticos no ganaron nada, jugaron pésimo y fueron uno de los peores equipos que se vio durante ese tiempo. El equipo vivió una “crisis futbolera” qué sólo superaron hace poco, cuando vendieron a la mayoría de los “galácticos”.
Ahora, ¿por qué el Madrid no logró jugar bien ni ganar algún campeonato? La respuesta: Porque no tuvieron una actitud sinérgica, se fueron a negro, estuvieron insertos en un blackout.
Un equipo de fútbol puede no tener a los mejores jugadores, pero si tienen un orden táctico, una meta conjunta y una idea de juego como símbolo, que todos en el plantel entienden, es mucho más probable que le ganen a un equipo plagado de estrellas como el Madrid de esa época, debido a que logran ser más que once jugadores limitados técnicamente, se transforman en un equipo de fútbol difícil de vencer.
Si la sinergia esta arraigada al paradigma moderno, el blackout es la respuesta que trajo la post-modernidad. Y es importante esto, porque es el blackout el que define a la sinergia como tal.
Lo primero que aparece con el blackout es la pérdida de los símbolos, que son los que dan un orden a las cosas. La pérdida de estos origina confusión, pues se provoca un desorden, que no es otra cosa más que un orden que no es entendible racionalmente. No hay una universalidad en torno a una idea, pues hay una ausencia de ideas. Por consiguiente, todo se vuelve relativo y diverso, generando un estado caótico, lo que destruye realidades establecidas con anterioridad.
Tomemos el ejemplo del Madrid. A pesar de que están los mejores jugadores del mundo en el equipo, no hay un sistema táctico que permita sacarles provecho a todos, no hay un orden que permita establecer colectividad en los jugadores. Hay una pérdida del símbolo del fútbol, que es el juego en equipo. Por lo tanto, no hay progreso, no hay buenos partidos, no hay victorias. Y la realidad que se había construido de “Equipo invencible”, se destruye en el proceso.
Sin embargo, hay un punto donde el blackout logra llegar al hombre, y es el motivo por el cual la afirmación de Rodrigo Muñoz, “El blackout ilumina más que cualquier sinergia” empieza a tomar sentido. Ese punto, es que el blackout, en su máxima expresión, nos da una extrema libertad. Sin símbolos, ideas, orden ni realidades establecidas, el ser humano alcanza un estado de libertad plena, en función de la diversidad que ofrece el blackout. Es claro, en ese momento en que nos vamos a negro, flotamos en ese espacio oscuro, libre de cualquier cosa que nos defina.
Claro que para el hombre, la sensación de libertad, más que una sensación positiva, lo llena de miedo. Miedo a no saber qué hacer y en función de que hacerlo. El ser humano se siente seguro con limitaciones, con un orden, con algo o alguien que los defina, y estos algo o alguien son los símbolos, a partir de ellos se genera el resto, hasta llegar a la construcción de realidades.
Por ejemplo, teóricamente, una persona que no tiene nacionalidad, es más libre que los que si tienen, pero pierde un símbolo que le da indentidad. Es como en la película “Balto”, donde Balto era mitad perro, mitad lobo, pero no era ni uno ni lo otro, y eso lo hacía sentir mal. El blackout es pérdida de identidad, de la establecida.
Lo otro que es muy importante, es que a partir del blackout, se da un nuevo reordenamiento de las cosas, se crean nuevos símbolos, que nos definen nuevamente y nos dan una identidad, y se va reconstruyendo la realidad, para empezar a generar un carácter sinérgico una vez más. El blackout es nuestro punto cero, donde se hace, “computacionalmente hablando”, un formateo de nosotros, y es dentro de él, donde encontramos, en algún momento, un nuevo camino para trazar, y permitirnos salir de él. Y nosotros, como seres humanos que somos, nos permitimos pasar de un estado a otro cada cierto tiempo, definiendo, una vez más, nuestro carácter dual.
Ahora, estos conceptos de blackout y sinergia se pueden asociar con otras ideas que van dando forma al concepto de post-modernismo (Considerando que éste es parte de la modernidad, asumo que la sinergia es un concepto vigente dentro de la post-modernidad), como la “modernidad líquida” de Bauman y el “movimiento brownoideo” que desarrollo líricamente Julio Cortázar.
Primero me referiré al concepto acuñado por Bauman, el que hace relación a conceptos como la fluidez, lo sólido y lo líquido.
Bauman habla de la fluidez, como aquello que es la cualidad de los líquidos y los gases. Y hace una analogía de esta fluidez, con la visión que él tiene de modernidad, en función de que la sociedad moderna es líquida. Lo señala a partir de que “Los fluidos se desplazan con facilidad. “Fluyen”, “se derraman”, “se desbordan”, “salpican”, “se vierten”, “se filtran”, “gotean”, “inundan”, “rocían”,“chorrean”, “manan”, “exudan”; a diferencia de los sólidos, no es posible detenerlos fácilmente –sortean algunos obstáculos, disuelven otros o se filtran a través de ellos, empapándolos”. Entonces, se define a lo líquido como la sociedad moderna, y personalmente, el saber narrativo de ella. Al no tener forma definida, también se le relaciona con la relatividad y la diversidad de la sociedad.
Y a lo que empapan es a los sólidos, que es lo que se mantiene en el tiempo inalterable, con consistencia, una forma definida, y que “sólo tienen sentido en la medida en que se enlacen sus átomos”. Lo que podríamos determinar como sólido, dentro de la modernidad líquida, son las instituciones, los metarrelatos de la modernidad, el paradigma moderno, al hombre moderno (No confundir con sociedad moderna que es un plural), y personalmente, al saber científico y la universalidad de la visión de mundo.
Según afirma Bauman, lo líquido que fluye y empapa a lo sólido, hace que éste último se vea afectado por esta acción, modificándose y degradándose, para dar paso a un nuevo sólido, que se supone, es mejor que el anterior. A este hecho le podríamos llamar blackout. Ahora, este líquido que fluye, se supone, no debe terminar por degradar al sólido por completo, así lo señala Bauman, “recordemos, sin embargo, que todo esto no debía llevarse a cabo para acabar con los sólidos definitivamente ni para liberar al nuevo mundo de ellos para siempre, sino para hacer espacio a nuevos y mejores sólidos; para reemplazar el conjunto heredado de sólidos defectuosos y deficientes por otro, mejor o incluso perfecto, y por eso mismo inalterable”. Si lo comparamos con el blackout, se supone que el hombre (sólido) debe irse a negro (degradarse) a través del blackout (fluido), para hacerse un mejor hombre (mejor sólido), con un nuevo sentido de identidad, en función de cosas que ya he descrito, como símbolos, nuevo orden, etc.
A raíz de lo que acabo de describir, puedo llegar a una primera conclusión: La modernidad fue, y es, nuestra sinergia. Y la post-modernidad es nuestro blackout. Extraño parece que podamos estar en estas dos condiciones al mismo tiempo, pero, tal como lo admite Bauman, creo que es parte de una contradicción natural del ser humano, que busca la libertad pero le teme al mismo tiempo. Por otro lado, al ser la post-modernidad parte de la modernidad, y ser una actitud más que una teoría, se podría decir que el blackout post-moderno es una respuesta espontánea a la sinergia de la modernidad que se vive en el día hoy, y que se genera un conflicto entre ambas en este mismo momento, estando nosotros en el medio. Otra conclusión que puedo sacar es que el estado sólido de la modernidad es sinérgico también, en contraposición del estado líquido, en donde el blackout está inserto. Todo está relacionado de una forma bastante singular.
Suena un poco aterrador, pero creo que Brunner lo explica bien, “Su raíz última, me adelanto a decir, viene de esa confusa claridad de que estamos entre dos mundos, por tanto, suspendidos sobre el vacío…”.
Cuando David Levinson (Jeff Goldblum) ya se daba por perdido, su padre, Julius (Judd Hirsch) le dijo que se levantara del suelo, porque podía agarrar un resfrío. David comprendió, en ese momento, que la única forma de poder derrotar a los alienígenas era implantar un virus computacional en la nave nodriza, para desactivar los escudos que protegían las naves, y así poder destruirlas. Esto sucedió el 4 de Julio.
El problema era que, habiendo una nave que poder pilotear para poder llegar hasta el espacio (Es un cuento aparte que no tiene sentido explicar, por lo demás, seguro que vieron la película), no había ningún piloto capacitado para volarla. Afortunadamente, justo hace un par de horas antes, el Capitán Steven Hiller (Will Smith), había llegado a “Área 51”, que es donde estaban todos, y el había visto como maniobraban las naves, por lo que se ofreció para conducir dicha nave hacia su destino en el espacio, junto con David. Mientras tanto, el presidente de los EE.UU. Thomas Withmore (Hill Pullman), organizará una avanzada militar masiva, con escuadrones de aviación de todo el mundo, en un ataque conjunto.
Me voy a detener en esta parte, para explicar un poco lo que acabo de relatar en torno a la película, que tiene relación con el “Movimiento Brownoideo”. Si nos ponemos a pensar, en torno al largometraje, nos encontramos con tres elementos: El técnico de cable, el Capitán y el presidente. Cada uno con caminos separados que en un momento se unen. Todo el camino que anteriormente recorrieron, hasta el punto donde los tres se unen, lo podríamos definir como movimiento brownoideo. Y se reúnen con un objetivo común, pero involuntario, que es el de derrotar a los alienígenas. Es en ese momento, según mi punto de vista, que el desorden anterior que puede ser los distintos caminos en los que andaba cada uno (vuelo de moscas), se transforma en orden, y crea una figura, que en este caso, la podría llamar “destrucción de extraterrestres”. Y esto es parte de lo que señalé más arriba, que es que el desorden es un orden que no se comprende, hasta que se comprende, y se vuelve a transformar en orden.
El movimiento brownoideo es importante a la hora de hacer sinergia, pues es parte de la misma, que se va dando a través de lo que, según señala Alejandra Phillippi, son las “conexiones hipernvínculo”, esas conexiones que van dando forma a la figura que va adoptando finalmente el vuelo de las moscas. Son los puntos donde yo voy asociando una cosa con la otra, como pegando saltos entre los vínculos que hay en las páginas de Internet (De ahí el mote “hipervínculo” seguramente).
En la película, David era el ex-marido de la secretaria del presidente de los Estados Unidos, y el Steven fue a buscar a su novia al mismo lugar donde se encontraba malherida la primera dama. Esos pueden ser ejemplos de este tipo de concepto. Dentro de la misma cinta, es fácil entender que si Steven Hiller está solamente, o si David está solamente, o si el presidente está solamente no se puede llevar a cabo el plan. Es necesario que estén los tres, en el momento indicado, para hacer sinergia.
Por otro lado, el blackout puede llegar a ser un tipo de movimiento brownoideo también, pero que aún está en proceso de entender la forma que está tomando esta nueva figura. Cuando se descubre y se entiende dicha figura, se sale del blackout para entrar nuevamente en un estado sinérgico. La sociedad actual, según dice Bauman, está en un proceso dual, donde reconoce a medias, la figura que el mundo presenta en la actualidad. Es parte del conflicto “Sinergia vs. Blackout” que vivimos hasta el día de hoy.
Toda esta anterior mezcla de conceptos, unos más elaborados que otros, me llevaron a la creación de un nuevo término, que es el del “hombre iceberg”. Para graficar lo anteriormente dicho, sería bueno imaginarnos a todos como muchos bloques de hielo en medio del vasto océano que fluye entre nosotros.
Los seres humanos, somos de agua en sus tres estados: sólido, líquido y gaseoso; y pasamos por esos estados continuamente, tal como el “líquido que nos da la vida” lo hace en su “ciclo hidrográfico”. El hombre también tiene, a mi juicio, un ciclo hidrográfico, siendo la base el componente sólido del agua, y ya que el iceberg es el que flota en el océano, es una buena analogía con el hombre que está flotando en este flujo llamado modernidad.
El iceberg (tal como los seres humanos), viaja a la deriva por el mar, sin un rumbo fijo, y muestra a la luz sólo una pequeña parte de lo que realmente conforma. La temperatura de aguas más calidas puede hacer que el iceberg desaparezca, se vuelva líquido o se evapore, perdiendo su forma, estructura y su definición como tal. En este proceso podemos situar el blackout.
Sin embargo, con las temperaturas frías, se vuelve a solidificar, y se transforma de nuevo en un iceberg, que ya no es igual al que era antes. Si este pedazo de hielo, en su deriva, se junta con otros pedazos de hielos, a través de vínculos como la temperatura, ya no forma simplemente un gran trozo de hielo, sino que puede crear un continente, como lo es la Antártica, donde se puede vivir y realizar investigaciones, por nombrar un par de cosas.
Y así como existe mi idea de “hombre iceberg”, también esta la de la “sociedad iceberg”, que fluye a través del océano de la modernidad, que cambia, en función de su ciclo hidrográfico, que toma nuevas formas, pero que nunca deja de ser agua, solo que está en distintos estados y adopta distintas formas con el pasar del tiempo y de sus ciclos.
Para ir cerrando mi ensayo, quisiera exponer que nuestra condición post-moderna se encuentra entre la solidez y la liquidez, entre lo sinérgico y lo “blackoutniano”, entre el saber científico y el narrativo. Y lo bueno de esto es que, a pesar de no descifrar aun la figura que se está formando con nuestro vuelo de moscas que hacemos en la actualidad, la diversidad de caminos es tal, que, tal como dice Rodrigo Muñoz, este blackout no está iluminando mucho más que cualquier sinergia.
Y por si no sabían, al final, implantan el virus en la nave nodriza, la destruyen con una bomba atómica, y el ataque conjunto da resultado, por lo que la humanidad, una vez, más, se salva del exterminio y son felices comiendo perdices. Es un final bastante predecible, pero en fin, tan solo es ficción.
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Fuentes Consultadas:
.- BRUNNER, José Joaquín, Globalización cultural y posmodernidad,
.- BAUMAN, Zygmund, Modernidad Líquida.
.- POST-MODERNIDAD, Material de clase Modernidad y Tendencias del
Pensamiento.
.- http://es.wikipedia.org/wiki/Dia_de_la_Independencia, Película “El Día de la Independencia”