miércoles, 9 de julio de 2008
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Concepto global sobre nuestro depredador
De todas formas, no es para nada algo que se halla descubierto ahora. Ya hace un tiempo atrás, Carlos Marx vaticinó el hecho de que la sociedad iba a vivir en función de sus bienes materiales, y de la capacidad para consumir muchos mas insumos, que se iba a transformar, a la larga, en el gen de la identidad de las personas. Hoy podemos ver, por ejemplo, que el status de un individuo, depende de la marca de auto que posea, el tamaño de la casa o las pulgadas del televisor de plasma que tenga en cada habitación de la residencia. Así mismo lo afirmó Eduardo Galeano, bastante años después de Marx, “quien no tiene, no es: quien no tiene auto, quien no usa calzado de marca o perfumes importados, está simulando existir”.
En este punto es importante señalar que los medios comunicacionales, a través de la incipiente publicidad, y el uso de los estereotipos como gancho de consumo a nivel masivo, nos hace vivir insertos en el miedo a lo conocido y a lo desconocido, en función de la extrema libertad de mercado que existe en este mundo globalizado. Y es complicado, porque se soltó un animal que amenaza con comernos a todos los que no tengamos una tarjeta de crédito con suficiente giro para sobrevivir en esta sociedad que avanza a exceso de velocidad y a empujones, y que genera en las personas, una paranoia en defensa de sus bienes materiales. Y de paso, terminar por enterrar cualquier opción de las instituciones gubernamentales de ejercer un peso, que ya no tiene, en materia de economía.
Cada día se ve (Y se hace “vista gorda”), cómo los países más pequeños, con su economía globalizada, dependen de lo que los números de la bolsa mundial de comercio digan, empobreciéndose con cada crisis, y sacando algunas cuentas alegres de vez en cuando, y sólo cuando los grandes países desarrollados lo permiten, ya que, ni ellos pueden controlar la fugacidad del mercado, así que “hay que estar prevenidos”. Y para poder ganar terreno dentro del juego de la economía de mercado, estos pequeños países tienen que entrar dentro de sus condiciones: “Máxima productividad con mínimos gastos”. Es cosa de ver lo que sucede en el documental “China Blue”, donde los empleados que trabajan para empresas, que trabajan para las multinacionales de jeans, trabajan en horarios que, muchas veces, superan la capacidad humana, sólo para completar un stock de pantalones azules que usarán personas de Estados Unidos.
Hemos visto la creación de grandes organismos que agrupan naciones según diferentes aspectos. Así existe la ONU, la OEA, la UE, entre muchas y muchas más siglas donde, en teoría, las naciones se ayudan y se apoyan mutuamente, en busca de un progreso común. Sin embargo, nada pueden hacer a la hora de meter sus manos en temas de economía global, pues ésta se domina sola. Como dice Paul Virillo, “Junto al levantamiento de las superautopistas estamos enfrentándonos a un nuevo fenómeno: la pérdida de orientación.” Y esta pérdida de orientación se debe a que ya no controlamos ni regulamos el mercado. Éste lo hace por si mismo. Se hizo autogobernable, pero, como dije anteriormente, no autosuficiente. Y es ahí donde entramos nosotros, que tenemos el deber de ser parte de esta cadena que nos conecta, para poder desarrollar servicios a los que no todos podemos adquirir. Entonces, el mundo ya no se ordena a partir de una institución social o gubernamental, sino de los efectos de la economía libre y las transnacionales. “China Blue” es un buen ejemplo.
Se supone que con la libertad de comercio, que funciona a través de la globalización, debería beneficiar a todos los agentes que participan en su funcionamiento por igual, así como, en una empresa, tantos los empleados como los dueños deben recibir los mismos frutos del esfuerzo de cada uno. Pero en esta empresa llamada mundo, la distribución de los ingresos es desigual, lo que Galeano llama “Los países del norte y del sur”. No se trata de un orden geográfico, sino que, con esto se refiere a que todos (O casi todos) los países participan en el mercado económico global, pero que los países del norte (Desarrollados) perciben muchos más ingresos que los del sur (En vías de desarrollo). Esto genera contradicciones que llaman la atención de una forma muy negativa, como por ejemplo, según dice Eduardo Galeano, “Mientras en Angola, los niños mueren de hambre, en Estados Unidos, mueren de indigestión”.
Y la globalización económica, da paso a una universidad filosófica, que es la teoría del capitalismo, como axioma único e irrefutable. Acá es donde los medios de comunicación y la publicidad juegan un papel estratégico.
Así como los medios “no nos dicen cómo pensar, pero si sobre qué pensar”, la economía “no nos dice cómo consumir, sino qué consumir”. Y en esto, los medios de comunicación, también son de vital importancia, debido a que éstos son manejados por empresarios. Según mi apreciación, hay dos puntos en los que los medios son vitales para la propagación del capitalismo cómo paradigma social.
Primero que todo, la publicidad va dando paso a una serie de necesidades de consumo que se hacen tan habituales, que terminan siendo reales, pero que en el fondo, no son básicos para sobrevivir. Esto es resultado de la idea de que el progreso se traduce en bienes materiales, y que los bienes materiales son los que determinan la identidad de las personas. La publicidad es tan incipiente, rápida y bombardeante, que no da respiro para ofrecer el último “lavaloza 2000, con tecnología superdupercéntrica” como la solución a esas “eternas tardes lavando platos”. Claro, así se tendría mas tiempo para ir al mall, el emblema del capitalismo, a seguir consumiendo. No importa que no se tenga dinero, total, existen las mil y una tarjetas de crédito para pagar en 12, 24 y hasta 36 cuotas “sin pie ni precio contado”. Y no importa que no haya dinero para pagar las cuotas, porque siempre se puede pedir un préstamo al banco. No es más que un círculo vicioso.
Por otro lado, los medios nos permiten escuchar el último hit de Britney Spears, ya que detrás de ella hay toda una industria musical que espera los miles de dólares que percibirán por aquello. La música, el cine o cualquier otro tipo de arte, especialmente el occidental, es el más fiel reflejo del dominio de la economía de mercado sobre los medios de comunicación.
Las expresiones artísticas son las grandes perdedoras de estas empresas multinacionales que se dedican a su masificación, ya que solo las que son “comercialmente aceptables” se masifican, y esto lo define el grado de ingresos que se obtiene a partir de dicha expresión, por lo que difícilmente podríamos ver exportada música chilena como la cueca o la música nortina al resto del mundo, al no cumplir con ese requisito. Esto ha llevado a la creación de dos tipos de artes, el mainstream donde impera lo explicado anteriormente (Los grandes sellos multinacionales como Sony o Universal, o el imperio del cine que es Hollywood), y el underground, donde el resto de las expresiones artísticas aparecen como alternativa, pero que en ninguno de los casos llegan a competir, sino más bien, se complementan, ya que, de todas formas, ambos se nutren a consecuencia de la globalización, especialmente debido a las nuevas redes de comunicación.
El otro punto, es la propagación de la idea del capitalismo como idea social única, como un metarrelato. Volvamos al tema de los medios comunicacionales y sus dueños.
Tenemos como ejemplo a Chile, donde la prensa escrita está agrupada en dos grandes empresas: “El Mercurio” y “COPESA”. Estas empresas tienen, a su haber, gran cantidad de periódicos y revistas que circulan por todo el país. Hay que señalar que los medios construyen y representan realidades, no muestran la realidad tal como es, porque es imposible. Robyn Quin afirma, “Si los medios fueran solamente una ventana al mundo, capaz de presentar la realidad sin mediación alguna, no tendría sentido, en absoluto, hacerlos objetos de estudio”. Esto es de suma importancia, ya que las personas son las que reciben esta representación de la realidad que realizan los medios, tomando y seleccionando lo que a ellos les parece necesario, por lo que se hace necesario tener una diversidad de realidades distintas, para que las personas puedan crear su propia opinión (Y por ende, realidad) de los hechos que se exponen.
A pesar de que, a priori, queda la sensación de que en Chile esto sucede, por el hecho de la cantidad de medios informativos que circulan, nos damos cuenta que al ser solamente dos empresas las que dominan este sector de la prensa, la construcción de realidades se hace universal, gira en torno a una sola idea (Bueno, en este caso pueden ser dos, aunque no creo) propagada en muchos diarios, revistas, etc. Pero al fin y al cabo, sólo son dos. Parte de este ejemplo, bueno, en realidad, en su totalidad, es apreciable en todo el mundo.
Dominados los medios comunicacionales, es más fácil que la economía de mercado y la idea de capitalismo sean las únicas respuestas que encuentre la gente dentro de las construcciones de realidad que nace de los medios de comunicación. Dentro de esto, de vital importancia son la creación de estereotipos, para fomentar el consumo y para evitar amenazas.
Un estereotipo es una representación repetida frecuentemente que convierte algo complejo en algo simple. Esta simplificación distorsiona la representación, dando más énfasis a algunos aspectos, e ignorando otros de la misma. Estos estereotipos sirven para llegar a un público masivo que se identifique con las características generales que se enfatizaron, provocando aceptación o rechazo.
Un ejemplo de lo primero, es un comercial de Britney Spears, que hizo para “Pepsi”, que es una conocida bebida de fantasía. Dentro del comercial, se ve a una chica que rompe los esquemas y se libera, dando rienda suelta a una rebeldía que no tiene justificación o motivo, simplemente ahí está. Esto es, debido a que es importante que la gente forme juicios de valor en contra del “ideal deconocido” de la chica si se llegara a conocer, comprometiendo la efectividad de la publicidad. Volviendo al comercial, se muestra a una chica ganadora, “con onda”, linda, sexy, popular, la chica que todos quisieran tener, y que de paso, toma pepsi. Es como si estuviera diciendo “Yo soy lo que soy gracias a que tomo pepsi”. Ése es el rol que cumplen los estereotipos para promocionar productor. Otro ejemplo es el de la cerveza Cristal, donde se asocia al joven fiestero, de ambiente alegre, y sin preocupaciones, con la cerveza, que siempre tiene a mano. Esos son ejemplos de uso de estereotipos que se utilizan para publicidad a nivel de masas.
Por otro lado, los medios utilizan estereotipos para defender los intereses de los dueños frente a una amenaza que aparezca. Por ejemplo: en una marcha estudiantil, donde se pida la eliminación del lucro de la educación (Libertad de Enseñanza = Economía de Mercado), los medios generan estereotipos negativos de los escolares. Entonces, lo que se ve es jóvenes violentos, encapuchados, haciendo desordenes, entre otras cosas. Esto genera en el público, un sentimiento de rechazo frente a lo que observa, en este caso la manifestación, y por consiguiente, se le baja el perfil o no “apoya la causa”. Robyn Quin dice que “Es imperativo saber cómo funciona este proceso para comprender la función ideológica del estereotipo y del papel que juega, para lograr reducir el peligro percibido por la cultura dominante”.
Así como los medios de comunicación son importantes para los intereses de la economía de mercado, la creación de nuevas tecnologías, a partir del desarrollo de la ciencia, que permitan la intercomunicación de las personas a través de redes comunicacionales, es importante en el mundo del hoy.
“La sociedad de la información y el conocimiento”, como afirma José Joaquín Brunner, denomina a la sociedad actual, que se comunica gracias a las grandes redes sociales (Y como no, económicas), que desarrolló la teconología, que giran en torno a Internet, televisión, etc. siendo la gran prueba de que los medios de intercomunicación llegaron para quedarse, la masificación del celular. Y también, la frase está ligada a los grandes descubrimientos e inventos científicos, que nos permiten mirar el mundo desde otro punto de vista.
Dentro del primer punto, las comunicaciones que se han desarrollado a partir de la tecnología de la ciencia, nos permite crear una red intercomunicacional entre todos los lugares del mundo. De hecho, la primera vez que conversé, a través de Internet, con una amiga de Alemania, fue bastante extraño. Pero con el pasar del tiempo, se volvió una acción normal el hablar con gente de Estados Unidos, Inglaterra o Japón, sin siquiera conocerlos. Es parte de lo que se conoce como “Aldea global”, donde todo el mundo se conoce y se comunica de manera instantánea y directa, formando un estrecho vinculo en temas sociales, económicos (Era que no) y/o políticos. Esto le permite, por ejemplo, a las transnacionales, llegar a acuerdos publicitarios a escala global para promocionar productos de consumo canadienses, tanto en Singapur como en Rusia.
Sin embargo, esta idea de “Aldea global” se hace exclusiva y excluyente, al funcionar dependiendo de redes que se deben consumir económicamente. Para tener acceso a Internet, por ejemplo, hay que comprar: Primero, un computador, y luego, contratar a una compañía que instale el servicio. Y todo esto requiere un gasto y genera otros, si es que no tomamos en cuenta el hecho de que no en todos los países hay acceso a este recurso, o no está tan masificado como en los países desarrollados. Entonces, entramos nuevamente en el juego de “los países del norte y del sur”.
El segundo punto, que me parece, es un tanto más importante, tiene relación con el desarrollo de la ciencia, que ha sido el puntal de la idea del progreso del hombre, como utopía de la modernidad. Pues bien: Esa idea se perdió. Motivos hay varios, partiendo por los efectos que los avances científicos han afectado a la sociedad. Por nombrar ejemplos: La segunda guerra mundial y las bombas atómicas, la tragedia con el reactor nuclear en Chernobyl, los problemas con los derrames de petróleo, etc. Son consecuencia de lo que los avances científicos provocaron en el hombre y en su entorno. Esto ha generado, paulatinamente, una visión distópica de la realidad, una visión pesimista del presente, y miedo a la incertidumbre, no a que se estanque la modernidad o que caiga en una crisis, sino que todo continúe con una mayor velocidad, al punto que no seamos capaces de controlarlo. Es como si estuviésemos manejando un Ferrari a 150 kilómetros por hora y sin frenos, la sensación de chocar está ahí, en frente, en cualquier momento. Por otro lado, la posmodernidad relativiza todo lo que se daba por inmutable, axiomático y universal. Brunner expone una cita del físico Ilya Prigogine donde dice que “buscábamos esquemas globales, simetrías, leyes inmutables y hemos descubierto lo mutable, lo temporal, lo complejo…”.
Los miedos del ayer, de la Edad Media, estaban enfocados en las fuerzas de la naturaleza, la religión y su doctrina para llegar al “mas allá”, y la impotencia por la falta de conocimiento. Hoy la realidad está en el otro extremo, nuestros miedos se centran en el dominio de la naturaleza, el vacío que tenemos frente a la idea de la muerte, y la sensación de incertidumbre que genera la explosión (Incluso “literalmente”) del conocimiento. En ese sentido, en realidad no sé que será peor, si es que no sé cuando me voy a morir, o si sé cuándo me voy a morir. Cosas de conocimiento.
Vivimos en un mundo donde se pregona la comunicación y la libertad, donde las fronteras se han abierto para que todos nos integremos a este universo llamado “Globalización”. Pero detrás de esa fachada, veo cada día más rejas de protección en las casas, mucha comunicación y pocas ideas, un desconocimiento del vecino y gente que vive con miedo a que le roben lo que tienen y lo que no tienen. No hay mucho más allá, o tal vez si. Bueno, todo es parte de la ambivalencia de la globalización.
Creo que es todo lo que puedo decir sobre esto.
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Fuentes consultadas:
.- BRUNNER, José Joaquín, Globalización cultural y posmodernidad, P 29-59
.- QUIN, Robyn, Enfoques sobre el estudio de los medios de comunicación: La enseñanza de los temas de representación de estereotipos, en: APARICI, Roberto, comp. La revolución de los medios audiovisuales, P 223-228-230
.- GALEANO, Eduardo, Patas arriba: La escuela del mundo al revés, P 26-48
.- Globalización, Material de clase, diapositiva 12-16
.- http://es.wikipedia.org/wiki/Aldea_global, Aldea Global, Wikipedia
.- http://www.youtube.com/watch?v=cWnTsN8PjXA Comercial Pepsi
.- http://youtube.com/watch?v=5Nz8Gu-ifQg&feature=related Comercial Cerveza Cristal