martes, 24 de junio de 2008
Esto lo escribí a las 5:36 p. m. | Ya pues, comente acá
Ser rudo, malo, satánico, agresivo…en fin, ser metalero

El año 2005 se editó un documental llamado “Metal: A Headbanger's Journey”, dirigido por el antropólogo Sam Dunn, donde recorría todo el mundo para revelar las opiniones y mitos acerca del Heavy Metal, incluyendo sus orígenes, la controversia que rodea el género, y la razón de por qué es amado por tanta gente, así como también explorar la cultura de este estilo musical. Iniciamos el tema de los estereotipos, en este caso, que se ciernen sobre los fans del Heavy Metal, o también llamados metaleros, con la reseña de este documental, debido a que desde hace más de 30 años que se tiene una opinión casi unánime y tajante, sobre lo que el metalero representa según sus actitudes, como reflejo de la música que escucha y de los músicos que la tocan, siendo los medios comunicacionales, culpables de crear esta estandarización, y por consiguiente, idea del estereotipo del metalero.

Primero que todo, hay que entender el contexto en el que este tipo de música se fue (y sigue) desarrollando. Al principio, la temática del Heavy Metal se manifestó como reacción al "paz y amor" de la cultura hippie de los sesenta, y se desarrolló como una “contracultura” en la década de los setenta (Junto con otras corrientes musicales como el Punk), que tendía a desechar el final feliz del Pop, combinado con la visión de las cosas que no siempre funcionan en este mundo, casi como una condición post-moderna. Temas como la guerra, la aniquilación nuclear, los asuntos ambientales y la propaganda religiosa o política son recurrentes en la temática del estilo. Por esto, el género constantemente ha sido acusado por los medios de comunicación y agrupaciones sociales y religiosas, de ensalzar los aspectos más negativos de la vida. Sin embargo, estos temas pierden a menudo su eficacia lírica debido al abuso de metáforas como el contraste entre “luz y oscuridad”, “esperanza y desesperación”, “el bien y el mal” o “el nosotros y ellos”, que le restan profundidad.

Por otro lado, está la apariencia de los músicos de los grupos de Heavy Metal, que siguen algunos patrones que se extrapolan hacia los fans, como el uso del color negro, ropa de cuero, el pelo largo o el uso de piezas metálicas, como símbolo de la rebeldía hacia lo que están criticando. Como el carácter visual se ve tan arraigado entre las bandas y los fans de ellas, las características de la lírica musical y los temas que se abordan, generalmente se asocian también con la forma de ser del metalero, catalogándolos de negativos, reaccionarios, y/o anti-cristianos. De igual modo, como la música es ruidosa, agresiva y potente, a los metaleros se les asigna esas mismas características.

Los estereotipos o modelos siempre nacen a partir de un singular, que va dando un patrón de cualidades y/o conductas a un grupo de personas, a partir de sus actitudes individuales. Así vemos, por ejemplo, a Axl Rose, vocalista de la banda Guns And Roses, que fuera muy conocida a mediados de los ochenta, que tenía problemas con las drogas. Entonces, a partir del modelo “Axl Rose” se quiere imponer que todos los fanáticos de Guns And Roses son drogadictos. Es por eso que si los medios comunicacionales dicen que el Heavy Metal es música de corte satánica, se tiende a pensar que los metaleros también lo son.

Es lo que sucedió en Chile el año 1992, cuando la banda británica Iron Maiden tenía presupuestado presentarse en nuestro país. Los medios comunicacionales más conservadores (Especialmente Canal 13) los tildó de “Banda de rock satánica”, mientras que el resto mantenía una posición un tanto menos tajante. La iglesia católica comenzó una campaña en contra de la venida de la agrupación a través de declaraciones en los medios de televisión, creando una idea de que todo lo que rodeaba al Heavy Metal tenía que ver con ideas satánicas u ocultistas, siendo que, en realidad, es sólo una parte de la gran gama de temas que presenta el estilo musical el que se asocia con el satanismo. De hecho, a principios de los noventa, hubo una polémica en Noruega por un grupo de bandas que tocaban (Algunas siguen tocando hasta hoy) Black Metal, un subgénero del Heavy Metal que realmente tiene una tendencia al satanismo, que fueron autores de varios delitos, como homicidios, golpizas y quema de iglesias. Ese grupo fue conocido como el “Inner Circle”.
Volviendo al tema de Iron Maiden, al final, para no caer en la polémica entre sectores de la iglesia y otros más liberales, el concierto se suspendió debido a que el recinto que lo albergaría (Estación Mapocho), no contaba con los requerimientos necesarios para llevar a cabo el show . Entonces, los medios, a partir de hechos como éste, dan a entender a la gente que los fans del metal o metaleros, son satánicos por el hecho de que la música lo es (Algo que por lo demás sólo es medianamente cierto), y dan pie al estereotipo del “metalero satánico”, con todas las características que la iglesia católica, a lo largo de la historia, ha dado al satanismo: Oscuridad, libertinaje, perversión, etc.

Aunque de a poco esa idea fue desapareciendo (No del todo obviamente), otro caso, aun más radical que el 1992 ocurrió con posterioridad en nuestro país, que volvió a reafirmar esta idea. El 2004, Rodrigo Orias, un joven del sur del país, asesinó en plena misa al Cardenal de Santiago, Faustino Gazziero. Más allá de que al joven de le diagnosticó una esquizofrenia, el caso tomo mucho aire debido a que Orias era un metalero, fanático de bandas como Deicide o Dark Funeral.
Hubo toda una propaganda mediática, nuevamente centrada en la relación entre el Metal, Orias y el satanismo, que en teoría, fue lo que gatilló el asesinato del Cardenal Gazziero. Incluso, un año después del hecho, debido a al concierto de Deicide en Chile, La Tercera tituló lo siguiente: “Llega a Chile la banda favorita del asesino del cura Gazziero en la Catedral…Más de alguno debe haberse sonrojado con el quebradero de cabeza de los ‘expertos’ que tras el brutal degollamiento del sacerdote italiano Faustino Gazziero en la catedral de Santiago revisaban curiosos los tatuajes del asesino, Rodrigo Orias, elucubrando teorías. Algunas de ellas hablaban de sectas, sacrificios, y pocos dieron con la clave: ‘Deicide’, la palabra tatuada en uno de los brazos de Orias, era el nombre de su banda favorita…Orias, pareciera, se ahorró interpretaciones y ejecutó al pie de la letra lo que su mentor musical le sugería en canciones…”. El hecho de que el periodista de La Tercera enfatizará a Deicide como la clave del móvil del homicidio, no es otra cosa más que continuar hablando a partir de un estereotipo, y seguir haciendo creer a la gente que el hecho de que Orias fuera metalero, y no que estuviera enfermo, lo hizo tomar la decisión de matar al cura. La Nación, por su parte, titula de la siguiente manera el concierto de Dark Funeral en Chile el 2006 (Ojo, dos años después del incidente): “…El sujeto tenía 26 años y respondía al nombre de Rodrigo Orias. Era fanático de la banda de black metal ‘Dark Funeral’. Desde ese instante, los suecos son conocidos en Chile, ya que para muchos, fueron los inspiradores del brutal homicidio… La asociación no deja de tener sentido. El grupo liderado por Emperor Magus Calígula habla en sus letras de matar cristianos y alabar a Satanás. Orias los conoció en 2003 cuando tocaron por primera vez en el país. En esa ocasión ingresó al backstage del Teatro Novedades y le solicitó a Calígula que le hiciera una cruz invertida en el brazo con un cigarro…” .

Toda esa idea que va dando forma al estereotipo del metalero, lo podemos ver también en publicidad, tanto de la misma industria musical metalera como de publicidad en general. Afiches que anuncian visitas de bandas al país, que generalmente siguen ciertos patrones como colores oscuros, calaveras o imágenes agresivas, se encuentran pegados por todas las paredes de Santiago (Y seguramente en otro países sucede lo mismo), lo que provoca que la gente que no conoce del tema, forme una idea generalizada de lo que los fans representan en su diario vivir al ver dichos afiches. En publicidad más abierta a público, se usa el mismo estereotipo de metalero rudo y agresivo, por ejemplo, para promocionar cierto producto. Hay un comercial donde se aprecia un metalero que, a primera vista, se ve como el resto. Sin embargo, al quedar solo, sin sus amigos, saca un cd de música Pop escondido, se viste de rosado y se pone a bailar. Básicamente se radicaliza aún más la idea de metalero rudo que es mal visto por sus amigos si es que se pone “sensible”, por lo que debe hacerlo cuando está solo. Y esa misma idea, ridiculizada a través del comercial, es la que se transmite al resto de las personas, que van dándole impulso al estereotipo mostrado en el mismo.

Lo que llama la atención de todo lo anteriormente señalado, es que la discriminación que se le hace al metalero, por el estereotipo que se ha creado en torno a él y al Heavy Metal como expresión musical, es solo una pequeña parte de lo que realmente este tipo de música constituye para los seguidores de ella. Si bien es cierto, hay Metal que es de corte satánico y algunos tópicos que se desarrollan dentro de él son más bien distópicos frente a lo que ocurre en el mundo, también existe el Metal Cristiano, desarrollado hace bastante tiempo, con bandas insignes como Stryper. También hay temáticas mucho más positivas dentro del estilo, que llaman a superar los obstáculos que la vida nos impone, lograr metas y alcanzar sueños, e incluso, temas como el cuidado del medio ambiente y derivados. Y los metaleros, siguiendo el mismo parámetro que los define de una forma negativa, también tienen esa misma percepción de la vida y de lo que les ocurre socialmente, son amables, optimistas, además de estudiosos y perseverantes, dejando de lado esa visión que se tiene sobre ellos de flojos, drogaditos y agresivos. Muchos de ellos, incluso, terminan siendo exitosos profesionales. No está demás decir que el directo de “Metal: A Headbanger's Journey”, Sam Dunn, es metalero desde los 12 años .

Los estereotipos unen una serie de características para definir a un grupo de personas, pero es importante darse cuenta desde dónde provienen esas características y parámetros, para poder fijarse hasta qué punto ese estereotipo se ciñe a lo que el grupo de personas realmente es, siendo en este caso, el de los metaleros, una visión aún retrógrada de lo que ocurre en la actualidad.
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Notas:

http://www.youtube.com/watch?v=E59P9CQvAVI , “Polémica con Iron Maiden en Chile 1992”

http://www.darkforummetal.cl/forums/showthread.php?t=2555, Noticia extraída del Diario La Tercera, sin fecha exacta, “Llega a Chile la banda favorita del asesino del cura Gazziero en la Catedral”.

http://www.lanacion.cl/prontus_noticias/site/artic/20061005/pags/20061005203011.html , “Inspiradores del asesino de la Catedral en Chile”, 06/10/06.

http://www.youtube.com/watch?v=_IUF5Q71iDU, “Black Metal Coop Prix TV Commercial”.

http://es.wikipedia.org/wiki/Metal:_A_Headbanger%27s_Journey , “Metal: A Headbanger's Journey”




 
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martes, 17 de junio de 2008
Esto lo escribí a las 10:13 p. m. | Ya pues, comente acá
Tantos años huyendo y esperando y ahora el enemigo estaba en mi casa. Desde la centana lo vi subir penosamente por el áspero camino del cerro, pero sin perder esa determinación que lo caracterizaba, esa mirada desafiante que parecía no quebrarse con nada. Cruzó el establo abandonado que me servía de refugio cuando me sentía triste o solo, el cual había visitado sólo hace un par de horas, y enfiló con paso raudo y veloz hacia donde yo me encontraba. Nunca había tenido talento para luchar, por eso siempre huía, pero esta vez, al parecer, no tendría escapatoria.

No entendía por qué estaba el aquí, si yo había hecho todo lo posible por desaparecer de la faz de la Tierra. Quizás uno de mis amigos me delató, tal vez me vio en aquel burdel besando a esa chica que olía a tabaco y alcohol, pero había pasado tanto tiempo de aquello, o simplemente, no tuve la capacidad para hacer las cosas mejor, porque nadie me había ayudado. Me sentía indefenso al no poder comprender cómo llegó él hasta acá, el entender que alquien me había traicionado. En esta situación límite, no me podía concentrar en vivir, sino que sentía cómo mi sangre hervía de rabia al darme cuenta de que ya no podía confiar en nadie, y que estaba solo.

Sabía que si quería salir viv de ésta, tendría que ser rápido y preciso. Sin embargo, un escalofrío invadió mi cuerpo y me dejó helado. No podía mover el más mínimo músculo de mi cuerpo, y eso me aterraba aun más. Sentía los latidos de mi corazón a mil, como una sinfónica que se oía al son de mi destino fatal, ese del cual nunca pude escapar, por más que lo intentase. Al final, junté valor y esperé justo frente a la puerta, esperando que ésta se abriera y el infierno se desatase. En mis manos, un revólver, en mi mente, la bandera.

En ese momento, pensé en las miles de personas que podría salvar jalando el gatillo, las personas que me acompañarían en mi último viaje hacia aquel agujero donde nadie saldrá, en el mártir en que me transformaré, en los libros donde leerán mi historia, en la calle que llevará mi nombre. Apuntando directo a la puerta, con los latidos de mi corazón a mil por hora, con mis ojos fijos en aquella cabeza que debería cruzar en cualquier momento el umbral, respiré profundo, mientras la puerta se abría, él entraba, y yo jalaba el gatillo que me llevaría a la gloria.

-¡Corten!- Dijo el director. Mientras salía del ser de grabación, le pedí a mi asistente un café negro, sin azúcar, con mis manos aún sudorosas y con la respiración entrecortada. Me senté, pensando que me había insertado demasiado en el personaje, respiré profundo y leí el guión una vez más
 
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"La libertad no es una filosofía y ni siquiera es una idea: es un movimiento de la conciencia que nos lleva, en ciertos momentos, a pronunciar dos monosílabos: si o no. en su brevedad instantánea, como a la luz del relámpago, se dibuja el signo contradictorio de la naturaleza humana."