miércoles, 28 de abril de 2010
Esto lo escribí a las 3:03 p. m. | Ya pues, comente acá
La verdad. Una idea de lo que socialmente está aceptado de manera axiomática hasta que se descubre que es falso. La verdad, así como el hombre, es un concepto que posee un desarrollo, auge y decadencia. La verdad social no es más que el acuerdo de temas en un periodo de tiempo. Algunas de ellas puede refutarse al 100%, por lo que pasan a ser mentiras. Otras no se pueden ni validar ni refutar en gran parte, por lo que conviven ahí, una al lado de la otra. Son verdades imperfectas, como el hombre, a su imagen y semejanza.

La verdad individual es en el plano metafísico lo que consideramos como realidad individual en el plano material, si es que podemos hablar de materialidad sensitiva. Lo que yo creo que existe es verdadero para mí, por lo que es real. Mi mundo está hecho con el orden que establezco, previa lucha de consciencias freudianas. Un mundo que convive con los mundos de los demás. ¿Podemos hablar de dimensiones diferentes? Claro, cada persona en sí es una dimensión. Y muchas dimensiones que conviven en el mismo espacio sensitivo de cada persona, comparte ciertos aspectos básicos. En ese sentido, se puede hablar de idea real base. A través de la experiencia sensitiva podemos darnos cuenta de características de las cosas. Algo es frío para una persona, caliente para otra, pero ese "algo" debe estar ahí para ser percibida.

Podemos hablar entonces de una verdad individual basada en la esencia de la misma. Pero no en su totalidad. ¿Qué puede ser más real que nuestra propia existencia? Suponer la conciencia de que somos seres pensantes (Res cogita), es nuestro fundamento de la existencia. Y suponer que percibimos (res extensa) a través de los sentidos un mundo exterior, supone que existe una base esencial. Así como un rompecabezas que hay que armar, pero que cada uno arma como estima conveniente. Si no existieran las piezas no se podría armar. Aún si esas mismas piezas fueran creadas por nuestro ser pensante, existe un mismo tablero con el que convive cada persona, que es nuestro espacio interconectado de las personas. Lograr que una sociedad forme la misma imagen con las piezas, es llegar a un acuerdo social con respecto de la verdad, hasta que aparezco un hecho que la haga inválida. Una nueva pieza que entre al juego. Sin embargo, todas nuestras apreciaciones con respecto al tablero y sus piezas, es único por persona. Dualidad, creo que le dicen.

Entonces, la verdad opera por cuanto exista gente que la considere real. La consciencia de la existencia es la prueba de que cada uno de nosotros "es". La multidimensionalidad del universo es lo que nos permite "poder ser". En esos planos duales vivimos, individual y colectivamente, en un universo interconectado, multiverídico y con una idea real básica.






 
"La libertad no es una filosofía y ni siquiera es una idea: es un movimiento de la conciencia que nos lleva, en ciertos momentos, a pronunciar dos monosílabos: si o no. en su brevedad instantánea, como a la luz del relámpago, se dibuja el signo contradictorio de la naturaleza humana."